Llena de defectos, llegando a lo que puede ser el final de una historia, pensando en la locura de mis actos, la cordura de mis sentimientos y tal vez algo más dentro de mi.
En cada sentimiento una tormenta, en cada palabra el poder de detener el tiempo, una ligera esperanza de perder el temor. Una tarde de invierno en que un golpe de cordura me recuerda que la confianza acabo.
Hubo algún tiempo en el que no me era difícil soñar, vivir... ese momento tan breve y eterno en el que existías para mi.
Al igual que tú, se nos esta cansando la ilusión, tus palabras se hacen agua, se diluyen y no podemos soportar más el dolor.
Cuanto odio admitir que tu sonrisa me debilitaba, no hay nada, solo queda seguir adelante y nada más, no te culpo por nada, estoy tan cansada que no puedo imaginar cuanto más lo estarás tú, espere y creí que el tiempo podría ayudarme a desechar dudas, temores, que de nuevo fueras tú.
Llena de defectos, indefensa, ni bien, ni mal, solo queda seguir adelante, no hay nada más.
Johanna Santos.
